La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó en el 2009 el 22 de abril como el Día Internacional de la Tierra, con el objetivo de ampliar el movimiento ambiental del mundo en pro de conseguir un medio ambiente más saludable y sostenible.
Esta fecha es considerada como una oportunidad para los gobiernos y las organizaciones para concienciar a las poblaciones de los problemas que afectan al planeta y hacer frente al cambio climático. Sin embargo, a pesar de que se han venido realizando esfuerzos conjuntos para enfrentar la problemática ambiental global, las cifras de contaminación siguen en aumento.
El incremento de la temperatura ha sido un tema crucial en la agenda política del mundo. En los últimos años los incendios forestales, las olas de calor, la sequía y otros eventos naturales han impactado el desarrollo socioeconómico y el medio ambiente. Para abril del 2020 un análisis de WWF y Boston Consulting Group (BCG) reveló que el número de alertas de incendios en todo el mundo había aumentado en un 13% en comparación con el 2019.
El 2020 ha sido uno de los años más calientes. De acuerdo con las cifras presentadas por el observatorio Copernicus Climate Change Service, este año estuvo en la misma escala de temperatura del año más cálido jamás registrado, 2016.
En la siguiente gráfica se evidencia el incremento de la temperatura global hasta el 2020 respecto a la era industrial (1970):
La Organización Metereológica Mundial -OMM- predice que hay 20% de probabilidad de que el aumento de las temperaturas supere temporalmente los 1,5°C a partir de 2024.
Por otro lado, las emisiones de Dióxido de Carbono (CO2) también siguen aumentando. A pesar de que en el 2015 se firmó el Acuerdo de París, mediante el cual los países se comprometieron a unir esfuerzos para enfrentar el cambio climático; los científicos y la ONU aseguran que solo a través de una acción de descarbonización complementada con medidas políticas ambiciosas y la protección y mejora de los sumideros de carbono se podrá cumplir con el objetivo del acuerdo de limitar el aumento de la temperatura global en 2° C.
En la siguiente gráfica se evidencia el aumento de las emisiones de C02 entre 1990 y 2019 de acuerdo con la International Energy Agency –IEA:
A los aumentos de la temperatura y las emisiones de CO2 se suma el efecto ambiental que ha dejado el Coronavirus. Durante la implementación de la cuarentena como medida preventiva al contagio del COVID-19 en 2020 se presentó una reducción parcial en las emisiones de CO2, pero paralelamente se aumentó el uso de elementos plásticos, incrementando la problemática de contaminación de fuentes hídricas por este material.
El incremento del uso de materiales plásticos, según la ONU, se dio con el uso de mascarillas, guantes y productos antibacteriales, y como consecuencia del modelo de vida impuesto por el confinamiento, que disparó la compra de alimentos envasados y los domicilios. De acuerdo con la organización, el aumento ha sido tal que los sistemas de reciclaje han colapsado en algunos países. “Si no se toman medidas, más del 70% de este plástico terminará tirado en océanos y vertederos, y hasta un 12% será quemado causando contaminación y enfermedad en las zonas más vulnerables del planeta”.
Según un informe publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la ONG Azul, esta contaminación por desechos plásticos afecta de forma desproporcionada a las personas en situación de vulnerabilidad alrededor del mundo, especialmente a aquellas que viven o trabajan cerca de los sitios de producción y desecho de este material. El informe revela además que los residuos plásticos están afectando el alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente el 1 (Fin de la pobreza), 2 (Hambre cero), 14 (Conservación de la vida submarina) y 16 (Promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas).
Cecilia Ojeda, portavoz de Greenpeace, asegura que:
Todavía no hay cifras exactas del aumento de la contaminación por plásticos en esta pandemia, aunque es un elemento que salta a la vista. Ya podemos ver numerosos desechables tirados por las calles y no podemos olvidar que, a través de las alcantarillas, pueden descomponerse y llegar al mar.
Plastics Europe, la Asociación de Manufactureros de Plástico en Europa, en un informe presentado en 2020 aseguró que “la producción de plásticos en formas primarias en la Unión Europea comenzó a recuperarse en junio de 2020”, resaltando que dicha recuperación continuaría en 2021.
De acuerdo con el informe, la producción de plástico en el mundo para el 2019 alcanzó los 368 millones de toneladas, siendo China el principal productor (31%). Así se encuentra distribuida la producción de plástico:
La contaminación por plásticos ya era una de las más grandes amenazas a nuestro planeta antes del coronavirus. El rápido aumento en el uso diario de ciertos productos que ayudan a proteger a las personas y a detener la propagación del virus está empeorando las cosas.
~ Pamela Coke-Hamilton, directora de comercio internacional de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo -UNCTAD-, durante una comunicado en 2020.
De acuerdo con la ONU, la crisis del COVID-19 solo ha desencadenado la disminución a corto plazo de las emisiones mundiales de CO2, pero no supondrá una contribución de peso a la reducción para el 2030, a menos que los países aspiren a una recuperación económica que incluya una descarbonización enérgica.
El llamado de los expertos tras los impactos de la pandemia es a generar cambios significativos y estrechos en las economías mundiales y facilitar un movimiento hacia una economía circular, donde los desechos se manejen de forma sostenible.
El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente recomienda que los gobiernos amplíen su control de los desechos plásticos, estudien sus impactos en la salud e inviertan en su gestión. Los gobiernos también deberían adoptar y aumentar la aplicación de las prohibiciones de los plásticos de un solo uso y fomentar la reducción, el reciclaje y la reutilización.
El mensaje del Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, respecto a la problemática ambiental del mundo es claro: “El 2021 es un año decisivo para enfrentar la emergencia climática global”.