Talento Humano: personalización y flexibilidad en el siglo XXI
Por: José Alberto Gómez, Director de Recursos Humanos para AbbVie Colombia
Actualmente, se encuentran en tendencia las prácticas laborales vanguardistas y que ponen al colaborador en el centro de la organización; lo vemos en revistas, en noticieros y en redes sociales. Bajo esa línea, las organizaciones fomentan prácticas que privilegian la integración de dos variables: la realización profesional y de carrera, y la realización personal. Esto, porque se ha comprobado que la mejora en los indicadores económicos y financieros de una empresa, independientemente de su tamaño, está ligada a resultados positivos a nivel operacional, de gestión, innovación y de generación de valor.
Este proceso de generación de valor es fundamental en el área de Recursos Humanos; un colaborador comprometido es la base del crecimiento y la consolidación de una organización. Bajo esta premisa, compañías nacionales y multinacionales le deben apostar a promover la integración entre el trabajo y la vida personal, teniendo en cuenta que el concepto “trabajo” ha evolucionado desde hace años.
Por esta razón, esta integración no significa conciliar, no es trabajar menos, es trabajar de otra forma, centrado en la consecución de objetivos, y acompañar incansablemente la realización personal de cada uno de los colaboradores que hacen parte de nuestra organización.
Las compañías tienen el reto de entender que los colaboradores necesitan tiempo en familia, espacios para la formación, tiempo para practicar algún deporte o simplemente para desarrollar una actividad de ocio. La posibilidad de tener esos espacios repercute directamente en el desempeño profesional y, por ende, en la productividad corporativa.
Las grandes compañías a nivel mundial han entendido esto, y hoy en Colombia existen empresas comprometidas con el futuro y la mejora continua de sus colaboradores, que mediante la puesta en marcha de modelos de gestión de talento que incluyen el compromiso de la alta dirección, la implementación de herramientas de diagnóstico, la definición de indicadores y objetivos, entre otros, han hecho una apuesta de generación de valor para sus trabajadores.
Vivimos un año 2020 extraordinario; las empresas no solamente tuvieron que adaptarse a un ambiente totalmente remoto; sino que también tuvieron que buscar maneras de apostarle a la flexibilidad. El compromiso empresarial debe estar con una cultura diversa e incluyente donde las prácticas, políticas y procedimientos se manifiesten de manera congruente. Por esto, debemos esforzarnos genuinamente por consolidar un ambiente de trabajo único, donde balanceamos la constante exigencia de mantener a la compañía en el más alto desempeño, con un ambiente de trabajo incluyente, flexible, personalizado y divertido. Igualmente, nos mantuvimos siempre en búsqueda y desarrollo de talento para el futuro, por esto las organizaciones buscan entender qué motiva, inspira y necesita cada uno de sus colaboradores, para así ofrecer diferentes opciones de carrera, siempre pensando en el desarrollo integral de la gente y que encuentren una carrera emocionante llena de experiencias y aprendizajes de largo plazo.
En tiempos de COVID-19 estamos viviendo una experiencia extraordinaria de aprendizaje sobre la integración entre la vida y el trabajo, lo que nos exige consolidar un liderazgo altamente centrado en el ser humano enfocado en escuchar, inspirar y cuidar de cada uno de nuestros colaboradores. Descubrimos que la virtualidad y la flexibilidad no tienen otros límites que la capacidad de cada individuo de explorar una nueva forma de productividad. El no pasar 2 horas en el tráfico entre la casa y la oficina cada día, nos regresó a nuestra vida cerca de 60 días productivos al año (días de 8 horas), los cuales pueden ser destinados para hacer deporte, cocinar, dormir hasta más tarde, arreglar la casa, disfrutar de nuestra familia o amigos.
Está claro que luego de este tiempo de pandemia, la experiencia laboral ha cambiado para bien. La transformación digital dio un paso significativo y profundo que nos permitió optimizar nuestros espacios de trabajo y hacerlos más flexibles que nunca; los desplazamientos disminuyeron, la cercanía con la gente la construimos a través de la intención genuina y no dependiendo de la presencia física, las reuniones innecesarias disminuyeron y son más efectivas, y en el fondo de todo esto, en el equipo de Recursos Humanos tenemos el reto de seguir anticipando y evolucionando nuestra propuesta de valor al empleado. Como resultado de este extraordinario momento, vamos a consolidar en nuestra gente un compromiso a largo plazo, que sin duda alguna se verá retribuido en un impacto sustancial a la productividad y los indicadores más críticos del negocio.