Territorios en diálogo: inclusión y bienestar rural una apuesta para el desarrollo inclusivo en Latinoamérica
En América Latina no da lo mismo donde se nace y en Rimisp eso lo sabemos muy bien. Por eso nos focalizamos en impulsar estrategias a favor de la equidad basadas en una mejor comprensión de los desafíos que enfrentan los territorios rurales de la región. Trabajamos con nuestros diferentes socios, hace más de 30 años, en pro de la equidad territorial” señala Ignacia Fernández, Directora Ejecutiva de Rimisp, Centro Latinoamericano de Desarrollo Rural.
Este 3 de diciembre se da inicio al Programa Territorios en Diálogo. Inclusión y Bienestar Rural que busca contribuir a la generación de dinámicas de desarrollo territorial inclusivo en espacios rurales Latinoamericanos, vinculando a actores públicos, privados y de la sociedad civil para promover cambios en las condiciones de vida de aquellos grupos persistentemente excluidos.
La iniciativa, que cuenta con el apoyo financiero del International Development Research Center (IDRC-Canadá) y de la Fundación Ford, será ejecutada durante los próximos 3 años conjuntamente con organizaciones socias locales, inicialmente en México, Guatemala, El Salvador, Colombia y Perú, esperando ampliarse progresivamente a más territorios en otros países de América Latina.
Para Sandra Gagnon, Oficial Senior del Programa de Agricultura y Seguridad Alimentaria de IDRC, Territorios en Diálogo “es una oportunidad para contribuir con esfuerzos regionales en el nexo de la seguridad alimentaria y del desarrollo rural en América Latina, en un momento en que los conflictos sociales, incluidos los relacionados con el acceso y el uso de la tierra y los recursos naturales, están aumentando”.
Este programa de investigación, incidencia y desarrollo de capacidades, tiene por objetivo apoyar el fortalecimiento de las coaliciones territoriales transformadoras -junto a sus líderes y lideresas-; promover, mediante el diálogo, el empoderamiento y la capacidad de movilización de recursos, junto con profundizar la comprensión del bienestar rural y sus dinámicas, a través de la voz y la perspectiva de las y los jóvenes actores del programa.
La importancia de la iniciativa radica en al menos el 22% de los territorios de los países incluidos en este programa (México, El Salvador, Colombia y Perú), el empleo primario (agricultura y recursos naturales) representa más del 35% del empleo total territorial. En el caso de México y Colombia, supera el 50% del empleo agregado.
Además, las cifras revelan que el desempleo y la informalidad es mayor en la población joven que en la población adulta y que el porcentaje de jóvenes que no estudian ni trabajan ha tendido a aumentar. Sin embargo, también está claro que los niveles educativos son más altos en los jóvenes que en sus adultos. Por ende, a pesar de los mayores niveles de educación formal entre los jóvenes, los territorios que habitan no logran incluirlos en sus estructuras productiva y de oportunidades.
Para su desarrollo, Territorios en Diálogo. Inclusión y Bienestar Rural propone una metodología de investigación-acción para conocer las percepciones y aspiraciones de los actores habitualmente excluidos de las estrategias de desarrollo territorial e incrementar su potencial y capacidades de transformar sus opciones de desarrollo. La idea es avanzar al mismo tiempo en una agenda de desarrollo territorial que impacte en las condiciones de vida de los grupos excluidos, y en la comprensión de la forma en cómo ellos perciben dichas condiciones.
Para ello, el Programa cuenta con la colaboración de socios locales en cada país donde se ejecutará como es la Universidad Iberoamericana Puebla, en México; la Fundación PRISMA, en El Salvador, la asociación civil CEDEPAS Norte en Perú y el Instituto de Estudios Interculturales de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, en Colombia. Serán estas instituciones las que trabajarán en forma directa con los actores territoriales identificando claramente a sus líderes, puesto que son claves para el fortalecimiento y la construcción de capacidades que lleven a una agenda de desarrollo y a un modelo de gobernanza territorial, que gestione ésta.