Agricultura inteligente, la revolución en la conservación del suelo
Uno de los retos de mayor relevancia que hoy enfrenta la Agroindustria, es la producción de alimentos para la población actual del planeta que ya supera los 7.700 millones de personas y según estimaciones de Naciones Unidas, para 2030 llegará a 8.600 millones. Como respuesta a este panorama, se está implementando con éxito la agricultura inteligente, un concepto que se fundamenta en minimizar los desperdicios, maximizando la productividad en el mismo espacio de terreno, siendo eficientes en las aplicaciones de productos para protección de cultivos, y utilizando solamente el agua que sea necesaria. Este uso de herramientas son el futuro para la conservación de la base de la agricultura: el suelo.
La ONU estima que cada año el mundo pierde 24.000 millones de toneladas de suelo fértil, por lo que es fundamental desde el sector agrícola trabajar para que esta proporción no aumente. Según la FAO, América Latina y el Caribe tienen las reservas cultivables más grandes del mundo, por lo que el cuidado y la preservación de los suelos representan el principal reto del sector en los próximos años.
Así mismo, la FAO recomienda la implementación de buenas prácticas para el cuidado del suelo como la protección de cultivos con cubierta vegetal, adecuar el terreno en pendiente, minimizar la labranza, y la rotación de cultivos que aporten materia orgánica del suelo.
Sumado a esto, Vanessa Villarreal, gerente de marketing estratégico de Soluciones para la Agricultura en BASF para norte de Latinoamérica explica que:
Es necesario lograr que en las próximas décadas el sistema de producción agrícola sea más eficiente y reduzca su impacto ambiental. Hoy más que nunca debemos seguir trabajando por la búsqueda del equilibrio del agro, pues es la actividad del futuro capaz de garantizar la seguridad alimentaria del país y el mundo.
Con el desarrollo y la innovación que se ha dado en el sector agrícola, han surgido conceptos como la agricultura inteligente, una metodología que permite al agricultor hacer seguimiento de sus cultivos de manera precisa para determinar, sin equívocos, dónde es conveniente intervenir.
Es fundamental la inclusión de las herramientas de la Industria 4.0, como por ejemplo el internet de las cosas (IoT) en la agricultura, donde con la inclusión de sensores y equipos podemos obtener datos que serán procesados (big data) en nubes y plataformas que deberán ser robustas para utilizarlos en beneficio del agricultor.
María Fernanda Nossa, gerente de excelencia comercial y digital de BASF.
La agricultura inteligente es una práctica sostenible, concebida para gestionar los recursos naturales de manera eficaz y disminuir el impacto de esta actividad en el medio ambiente. “Al hacer las aplicaciones de productos –agroquímicos y fertilizantes- de forma directa y precisa, no habrá residuos de estos que contaminen la tierra y el agua. De esa manera, se disminuyen, por ejemplo, los gases de efecto invernadero, la deforestación y se utiliza mejor el recurso natural”, finaliza Villarreal.
En Colombia la tecnificación en el campo es vital para aumentar la competitividad del país, pues el uso de estas técnicas permite producciones eficientes y seguras con el medio ambiente y el uso del suelo. La manera tradicional de trabajar la tierra está cambiando y la agricultura inteligente y sostenible es la respuesta a los agricultores que quieren cultivos sanos y rentables.
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