Así es como las empresas están contribuyendo a la reducción del desperdicio de alimentos
Este 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación. Dow comparte algunas acciones que actualmente se están poniendo en práctica para reducir el desperdicio a través de una colaboración más estrecha con los hábitos de los consumidores.
Actualmente, la situación mundial respecto al desperdicio de alimentos se ha convertido en un foco rojo tanto para las sociedades como para la humanidad en general. Es importante señalar que el desperdicio de alimentos forma parte de toda la cadena de valor, desde la recolección hasta las tiendas y el consumo.
De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), calcula que un tercio de la producción mundial de alimentos se pierde o desperdicia, lo que supone 1.300 millones de toneladas al año. Por su parte, la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), expresó que, durante el 2020, en Colombia se desperdiciaron 10 millones de toneladas de alimentos. Estas cifras representan un desafío desde la cadena de producción hasta el consumidor, incluido el desarrollo de envases que puedan proteger eficazmente los alimentos e incluso extender su vida útil y que no afecten al medio ambiente, a través de la economía circular.
Por ello, en el marco del Día Mundial de la Alimentación, Dow, empresa líder en ciencia de materiales, comparte 3 acciones que actualmente las empresas están poniendo en práctica para reducir el desperdicio de alimentos a través de una colaboración más estrecha con los hábitos de los consumidores:
Innovación para la conservación
Actualmente, distante de lo que podría pensarse, el mayor desperdicio de alimentos sucede en los hogares de los consumidores, donde la comida pasa del refrigerador a los botes de basura. Sin embargo, las empresas en la industria de alimentos están comenzando a centrar esfuerzos en tecnologías de conservación en empaques. Un ejemplo es Phormanto™, tecnología creada por Dow que permite el desarrollo de envases termoformados ricos en polietileno que logra usar
menor cantidad de empaque por producto, tiene menor huella de carbono, es técnicamente reciclable y, no menos importante, ofrece una alta resistencia mecánica con transpirabilidad específica para la proteína de las aves, lo que ayuda a reducir el desperdicio de pollo fresco.
Conciencia en la compra-venta
Planificar de manera consciente el volumen de productos que las empresas envían a las tiendas es uno de los principales factores para evitar el desperdicio de alimentos en la parte de distribución dentro de la cadena. De acuerdo con el estudio “Reducing Food Waste”, se pueden conseguir mejoras sustanciales sin tener que realizar grandes cambios: por ejemplo, suministrando a las tiendas previsiones de ventas más precisas e informaciones más detalladas e individualizadas para realizar los pedidos, o mejorando las prácticas operativas en las tiendas.
Guía y apoyo para los consumidores
Las personas normalmente acuden a los establecimientos para comprar los alimentos que consumirán de manera semanal, Sin embargo, muchas veces las compras que realizan llevan una fecha de caducidad cercana a cuando fueron adquiridas, por lo que el riesgo de que sean tiradas a la basura es mayor. Es por esto por lo que la industria de alimentos está sumando esfuerzos para ser mejores aliados de los consumidores finales: primero, buscando ofrecer productos frescos que duren más, para ellos es vital el uso de empaques adecuados, y segundo, generando una cultura de consumo en donde las personas “solo compren lo que van a comer”.
Esta segunda acción se está logrando hoy en día reduciendo los empaques y recipientes en los que se encuentran los productos, evitando que se realicen compras de mucho producto que no será consumido antes de su caducidad y así, evitar casi por completo el desperdicio.
Si bien existen acciones puestas en práctica para erradicar el desperdicio de alimentos, la responsabilidad radica en cada una de las partes de la cadena de valor. Sumar y ser conscientes desde cada trinchera ayudará a que cada año las miles de toneladas desperdiciadas comiencen a disminuir, convirtiéndose en un triunfo para la humanidad y como consecuente, para la economía de la propia industria.