Consumo Responsable: una práctica que favorece el desarrollo sostenible
La sostenibilidad, de acuerdo con la definición dada por la Organización de las Naciones Unidas -ONU-, busca satisfacer las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. De allí la importancia de que quienes conforman la actual generación (gobiernos, empresas y población en general) tomen acciones que permitan alcanzar dicho objetivo, a través de la protección medioambiental, el desarrollo social y el crecimiento económico. El rol del consumidor en esta dinámica debe estar orientado a preservar los recursos naturales y favorecer el desarrollo social a través del consumo responsable.
El punto de partida del consumo responsable está en reconocer que los recursos no son inagotables, pero que frente a esta problemática existen acciones cotidianas que pueden ser implementadas para reemplazar las prácticas que generan mayor impacto negativo en el medio ambiente y en la sociedad.
Integrar la responsabilidad en los hábitos de consumo puede tratarse de un proceso lento y de constante aprendizaje personal y colectivo.
¿Cómo convertir el hábito de consumo en un hábito responsable?
Consumir responsablemente implica escoger los productos y servicios mediante un criterio de: precio, impacto social, calidad e impacto ambiental. Reconociendo el proceso de elaboración y la responsabilidad de las empresas que fabrican u ofrecen dichos productos/servicios. Algunas formas de integrar la responsabilidad en el consumo diario son:
- Consumir lo necesario.
- Asumir las 3 erres ecológicas: reducir, reutilizar y reciclar.
- Comprar productos de temporada.
- Priorizar los productos ecológicos, de mercados locales y de comercios justos.
- Optar por reparar antes de comprar algo nuevo.
Existen preguntas que ayudan a orientar el consumo hacia un acto de responsabilidad con el medio ambiente y con la sociedad: ¿Lo necesito? ¿Puedo compartirlo? ¿Quién lo ha hecho? ¿Cómo está hecho? ¿Por dónde ha llegado? ¿Puede reciclarse? ¿Cuánto cuesta y cuánto dura? ¿Qué otras opciones hay?
El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 12, plantea que para lograr crecimiento económico y desarrollo sostenible, es urgente reducir la huella ecológica mediante un cambio en los métodos de producción y consumo de bienes y recursos. Poniendo en consideración estos cuestionamientos pueden enfocarse las decisiones de consumo en favor de alcanzar este ODS.
Beneficios del consumo responsable:
El consumo es un acto del día a día que, llevado a cabo de forma responsable, puede favorecer el desarrollo sostenible y aportar en el objetivo de conseguir que los recursos naturales con los que contamos en la actualidad puedan preservarse para satisfacer las necesidades de futuras generaciones. Sin embargo, los beneficios de consumir de forma consciente y responsable impactan en diferentes aspectos sociales y ambientales:
1. Apoyo a productores locales:
La compra de productos locales y de temporada contribuye a fortalecer la infraestructura y economía local. Además, al comprar productos con componentes ecológicos se apoya la agricultura sostenible y se disminuye el impacto ambiental al reducir los tiempos de traslado de un lugar a otro.
2. Ahorro económico:
Reutilizar, reciclar y reducir el consumo de productos, favorece la economía de las personas. De acuerdo a la Organización de Naciones Unidas -ONU-, Cada año se recolecta en el mundo una cantidad estimada de 11.200 millones de toneladas de residuos sólidos, mientras que la desintegración de la proporción orgánica de estos residuos sólidos contribuye aproximadamente al 5 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Es por esto que el acto de reciclar permite ahorrar recursos y hacer frente a esta situación.
3. Impacto social:
Apoyar a las empresas que incluyen prácticas laborales justas y de sostenibilidad impacta en las condiciones de vida de sus empleados e incentiva en el mercado condiciones de trabajo más dignas. Por otro lado, comprar a negocios locales, mejora las condiciones de vida de productores y personas que dependen de estos comercios.
4. Apoyo a la Inversión socialmente responsable:
Al comprar a empresas social y ambientalmente responsables, se genera un apoyo sobre los proyectos de desarrollo que se llevan a cabo en diferentes comunidades o en proyectos de impacto medioambiental.
5. Favorece la economía social:
Comprar en mercados locales es apoyar a personas que han tenido dificultad para entrar en el mercado laboral. A través de estas compras conscientes se contribuye a generar una sociedad más integradora, se apuesta por una economía con valor social añadido y se brindan oportunidades de empleo.
En este sentido, la sostenibilidad ambiental, la sostenibilidad social y la sostenibilidad económica están estréchamente relacionadas. Por eso, para enfrentar muchos de los retos actuales, tales como el cambio climático o la escasez de agua, es necesario actuar desde una perspectiva global y promoviendo el desarrollo sostenible en todos los ámbitos. Los actores sociales cumplen un papel importante en la tarea de preservar el medio ambiente e impulsar el desarrollo social.
Integrar la sostenibilidad en el acto de consumir, favorece tanto al consumidor como a la sociedad misma.