Residuos no, ¡recursos!
Por: Helena Storm, Embajadora de Suecia en Colombia
A propósito de la conmemoración mundial por el Día del Reciclaje, se hace necesario dirigir la mirada a lo que es el modelo de economía circular, que además de ser sostenible, es rentable.
Lo primero es entender que la base fundamental de este modelo es concebir los residuos no como desperdicios, sino como recursos. Se trata de una visión que rompe el esquema lineal de producción y consumo y lo transforma en un modelo circular en donde el reúso, la reutilización y el reciclaje son la triada ganadora.
En Suecia actualmente reciclamos y aprovechamos el 99,5% de los residuos domésticos. Los rellenos públicos de Suecia solo reciben menos de 0,5% de sus desechos. Estos residuos, además, son transformados en energía. Contamos con un programa que se llama “de desecho a energía” (Waste To Energy en inglés) y transforma la basura en energía para todo el país. Lo particular es que ha sido tan efectivo que importamos 3.03 millones de toneladas de residuos en 2020 procedentes de otros países como Noruega, Italia y Reino Unido.
Llegar aquí nos ha tomado tiempo y nos ha dejado varios aprendizajes que hoy queremos compartir al considerarlos útiles para Colombia.
Primero. Establecer un modelo país de economía circular como política pública y premisa cultural es un proceso que toma su tiempo. Suecia sembró la semilla del reciclaje hace aproximadamente 100 años. Por eso debemos de ser conscientes que Colombia, aunque tiene un camino por recorrer, ya inició con paso firme.
Segundo. Tenemos que entender que esta es una apuesta de varios actores, en donde la cooperación es la clave. Se trata de un compromiso del sector público, privado, empresarial, sociedad civil y, claro, desde la cooperación multilateral.
En 2018, el gobierno sueco estableció el modelo para hacer de la economía circular una política de país. El propósito fue fortalecer la transición de Suecia a una economía circular utilizando como base el modelo de cuádruple hélice – cooperación entre el gobierno, el sector privado, la academia y la sociedad civil (organizaciones sin ánimo de lucro).
Además, Suecia apunta a convertirse en el primer país de la OCDE en alcanzar cero emisiones fósiles netas para 2045. Al elaborar el plan, el gobierno sueco ha invitado al sector privado, la academia y la sociedad civil a presentar sugerencias y demandas sobre qué políticas e incentivos consideran necesarios para lograr el objetivo. Esto ha permitido un proceso inclusivo del cual todos son parte.
En definitiva, la corresponsabilidad es de todos los actores. Para Suecia, el comercio y la industria juegan un papel central para el proyecto nacional de economía circular, pero también es importante la responsabilidad del individuo.
Tercero. No solo lo hacemos para salvar el planeta. El ejemplo sueco muestra que la inversión e innovación responsable y sostenible es rentable. Genera empleo, innovación, investigación y desarrollo. Las empresas suecas lo han entendido, por eso son líderes en sostenibilidad en el mundo.
Cuatro. ¡Reciclar es chévere y tiene que serlo! Es necesario implementar un ecosistema en donde todos los actores se comprometan y destinen recursos para la innovación, la implementación y la investigación que facilite los procesos de economía circular y hagan del reúso, la reutilización y el reciclaje un hábito para los ciudadanos.
Esto, en el mediano plazo, se traduce en un interés por parte de la inversión extranjera, dinamizando este circulo virtuoso. Todo lo anterior desde el establecimiento de una sociedad horizontal con igualdad como factor de éxito para la innovación y la articulación.
Para cerrar, desde Suecia vemos cuatro sectores que tienen un gran potencial bajo este modelo: manejo de residuos para generación de biogás; moda sostenible, envases y empaques, y aprovechamiento y gestión eficiente de materiales de construcción.
En Suecia entendimos que los residuos no son desperdicio, son un recurso. Tenemos una experiencia política, empresarial, ciudadana y cultural por aportar en el camino que recorre Colombia. Somos un socio sostenible para favorecer la economía circular de este país.
Helena Storm es Embajadora de Suecia en Colombia. Llegó al país en 2020 después de cinco años como Cónsul General de Suecia en Hong Kong y Macau, puesto en el cual se enfocó en el intercambio comercial. Previamente ocupó el rol de Jefe de Oficina del Ministro de Comercio Exterior, fue diplomática en la Embajada de Suecia en Ankara, Turquía, y trabajó con con los países nórdico-bálticos en el tema de trata de personas. Tiene doble diploma en ciencia política y derecho con enfoque en Derechos Humanos y Derecho Penal Internacional. Antes de unirse a la Cancillería sueca, trabajó en los tribunales penales internacionales para Ruanda y la antigua Yugoslavia.
Es apasionada por la igualdad y la sostenibilidad, temas que desea resaltar en las amplias relaciones bilaterales entre Suecia y Colombia, en el apoyo de Suecia hacia la construcción de paz, y en las relaciones comerciales, culturales y académicas entre los dos países. Es su primera misión en América Latina. Junto a su esposo y tres hijos está ansiosa por descubrir Colombia, su gente y su cultura.