Salud mental y entornos laborales, un reto para las áreas de Gestión Humana
Un entorno laboral no adecuado, tanto virtual como presencial, puede influir negativamente en la salud mental de las personas. El estrés se ha convertido en la principal afectación a la salud producto de cargas de trabajo excesivas, acoso psicológico, mala convivencia, entre otros factores. Incluso, la Organización Mundial de la Salud -OMS- se comprometió a declarar el estrés laboral como una enfermedad autónoma, que quedará en firme a partir del 2022; el fin de hacerlo oficial es involucrar a los países a que definan protocolos de diagnóstico y rutas de tratamiento para los pacientes.
Sin embargo, el estrés no es la única afectación que genera un ambiente laboral no óptimo. De acuerdo con el Estudio Nacional de Salud Mental (2015), en adultos entre 18 a 44 años, y mayores de 44 años, se encontró que los problemas de salud mental están de manera particular en el espectro de los síntomas de ansiedad y depresión, y que el tema laboral es unos de los factores causantes.
Los entornos laborales mentalmente sanos no solo benefician a los colaboradores. De acuerdo con la Fundación Saldarriaga Concha, “la promoción de la salud mental en el trabajo y el apoyo a las personas que sufren trastornos psiquiátricos hacen más probable la reducción del absentismo laboral, el aumento de la productividad y la obtención de beneficios económicos para el empleado y las empresas”. Un estudio de salud mental en Colombia, realizado en el 2018, evidencia que hasta el 47 % de los costos por incapacidades laborales corresponden a problemas sobre la salud mental de los trabajadores.
Frente a lo anterior, resulta importante para las organizaciones identificar cuáles son los aspectos laborales que más inciden en la salud mental de sus colaboradores, y generar planes de acción que permitan mitigarlos y construir entornos laborales seguros. Según la OMS y el Ministerio de Salud, los riesgos más frecuentes son:
- Políticas inadecuadas de seguridad y protección de la salud
- Prácticas ineficientes de gestión y comunicación
- Horarios de trabajo excesivos
- Falta de claridad en las áreas u objetivos organizativos
- Tareas asignadas que no se adecúan a las competencias de la persona – carga de trabajo excesiva
- Exigencias contradictorias y falta de claridad de las funciones que se deben desempeñar en un puesto o cargo determinado
- Falta de participación en la toma de decisiones que afectan al trabajador y en la forma en que se lleva a cabo el trabajo
- Inseguridad o incertidumbre sobre el futuro laboral
- Comunicación ineficaz, poco asertiva y falta de apoyo por parte de directivos o los compañeros, lo cual genera conflictos que no se resuelven de manera satisfactoria.
- Acoso psicológico y sexual
- Exposición a otras violencias como intimidación y críticas que pueden generar frustración y sentimientos de temor, rabia y minusvalía.
- Condiciones laborales inadecuadas, tales como oficinas con espacio físico reducido y ambiente congestionado, escasez de luz natural y mala ventilación contribuyen en la aparición de estrés y tensión.
- Los trabajos repetitivos o rutinarios y la falta de oportunidades para utilizar los propios conocimientos, habilidades y destrezas del trabajador generan frustración y desmotivación y afectan la autoestima.
Una parte esencial de la vida de las personas es su trabajo, y este se encuentra ligado a aspectos sociales y familiares. Por esto, una buena relación con el entorno laboral favorece el desempeño del colaborador, no solo en su trabajo, sino en otros aspectos esenciales de su cotidianidad. Las empresas pueden aplicar medidas eficaces para promover la salud mental en el lugar de trabajo, aumentar con ello la productividad y al mismo tiempo mejorar la calidad de vida de sus trabajadores, quienes pasan el mayor tiempo de su día a día con sus jefes, colegas y compañeros.
Inscríbete en el 4° Encuentro de Gestión Humana y Sostenibilidad
Algunas condiciones que permiten promover la salud mental en el trabajo son:
- Conocer las necesidades de cada colaborador y sus capacidades para así desarrollar normas que contribuyan a la mejora de la salud mental.
- Explicar a todos sus colaboradores a quién y a dónde recurrir cuando necesiten pedir ayuda.
- Crear espacios seguros que permitan a sus empleados crecer profesionalmente.
- Promover hábitos saludables y pausas activas durante las jornadas, incluso para quienes trabajan desde casa.
- Disponer de procedimientos adecuados para la resolución de conflictos.
- Crear canales de comunicación seguros y efectivos para mantener una buena relación entre equipos de trabajo.
En los últimos años se ha venido abordando la importancia de cuidar la salud mental de los colaboradores en las áreas de Gestión Humana. De acuerdo con Dévora Kestel, Directora de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS, “hay un progresivo reconocimiento de que el bienestar mental de los trabajadores tiene efectos positivos en los resultados de la organización, así como en la salud, la realización profesional y la calidad de vida del trabajador”. Es importante seguir trabajando en pro de favorecer el bienestar de las personas y consolidar entornos laborales saludables, que le permitan al colaborador desempeñarse de manera adecuada y alcanzar un crecimiento personal satisfactorio.